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Oporto, qué ver, qué hacer, dónde salir, comer y comprar

El tópico de aburrida y melancólica de la ciudad más importante del norte de Portugal se ha roto después de la reconversión de sus barrios céntricos


Ribeira Oporto
Típicas casas de la Ribeira.

Al comentar qué hacer y qué ver en Oporto, siendo fieles a la razón de ser de esta web, intentaremos mostraros, al menos en parte, no el Oporto de los visitantes sino el de los portuenses, aunque indefectiblemente los caminos de unos y de otros han de cruzarse más de una vez.

No hace muchos años Oporto era una ciudad más bien triste, un tanto sucia y decadente, y que en los días grises de invierno resultaba algo deprimente, sobre todo cuando a partir de las 7 u 8 de la tarde las calles se vaciaban y uno se preguntaba dónde se había metido la gente… y los coches.

La realidad ha cambiado notoriamente gracias a los medios aportados por la UNESCO, que declaró en 1996 Patrimonio de la Humanidad el centro histórico de Oporto, entorno que paulatinamente ha sido adecentado y restaurado. Consecuencia de ello es la apertura de decenas de establecimientos (tiendas, restaurantes, bares, vinotecas, heladerías, hoteles, locales de ocio) en la denominada Baixa, una zona que comprende, aproximadamente, desde el barrio de Clérigos hasta la Ribeira.

Prueba de ese enorme cambio es la rua das Flores, una calle que desciende desde las inmediaciones de la estación de São Bento hasta el largo de São Domingos y por la que no hace tanto tiempo daba bastante respeto pasar: oscura, indecente, con los edificios medio derruidos. Ahora, esta estrecha vía que se retuerce descendiendo hacia el Douro está plagada de turistas que entran y salen de los nuevos hoteles, bares de tapas, cervecerías, restaurantes y tiendas de regalos, o dejan pasar el tiempo recostados en las terrazas. La mejoría ha sido brutal.

Del bullicio de la Ribeira al sosiego de la Foz

Tranvía Oporto
El tranvía es una divertida opción para recorrer la Baixa de Oporto. El de la imagen está en la parada de la Rua do Infante Dom Henrique, en el trayecto que pasa por la antigua Alfândega.

Dejando atrás la concurrida Ribeira, una larga avenida discurre paralela al Douro adoptando diferentes nombres según los tramos: rua Nova da Alfândega, rua de Monchique, cais das Pedras, rua do Ouro, rua de Sobreiras… Llámese como se llame el sector por donde camines, tendrás la ocasión de aprovechar la fresca imagen de las aguas del río, por una parte, y de un barrio con una gran personalidad y en el que no faltan locales para probar especialidades portuguesas o tomar unas copas por la noche, por otra. Una buena idea es la de dividir esa zona en partes, ya que es bastante más larga de lo que parece, y así recorrer cada una de ellas en distintas oportunidades.

Una vez se llegue al jardim do Passeio Alegre se podrá disfrutar de uno de los lugares más tranquilos y hermosos de la ciudad, la Foz, donde caprichosas islas de arena son testigos de cómo el Duero y el mar se entrelazan. Sin duda es un lugar fantástico para escapar del bullicio, observar los pescadores, pasear sin perder de vista el juego de las aguas o dejarse encantar por una preciosa puesta de sol.

Casa da Música Oporto
Casa da Música.

Supongamos que el interés cultural te hace un pequeño guiño. Ve entonces al museo Serralves (rua Dom João de Castro, 210), en Boavista. Fue construido por el célebre Álvaro Siza y ofrece muestras de arte moderno. Precisamente, pasada la rotonda de Boavista te encontrarás con la Casa da Música, un edificio de forma poliédrica en el que hay habitualmente conciertos. Aunque no asistas a ninguno, entra para echar un vistazo. En la parte superior tiene un bar-restaurante con una pequeña terraza.

¿Playa en Oporto?

La capital del Norte de Portugal es conocida, entre otras cosas, por el río que la separa de la vecina Vila Nova de Gaia, pero Oporto es también una ciudad de mar. Partiendo de la Foz hacia el norte, el Douro desaparece para dejar su lugar al Atlántico, y con él una serie de pequeñas playas muy concurridas con el buen tiempo. La avenida Montevideu, hasta su final en la rotonda del Castelo do Queijo, es otro de los entornos preferidos de los habitantes de la ciudad, con sus terrazas, bares con mirador y todo tipo de locales al otro lado de la calle. También se observan muestras de cierta estética arquitectónica en casas pertenecientes a familias de la sociedad más acomodada.

De compras

Rua da Cedofeita Oporto
Plaza Carlos Alberto y, a la izquierda, la Rua da Cedofeita.

No es Oporto una ciudad especialmente interesante para ir de tiendas, pero siempre es posible permitirse un capricho, así que vamos a ver dónde comprar en Oporto. Sabemos que tú ya tienes tu botella de vino o un gallito de Barcelos (o ni siquiera te has planteado comprarlo), así que vamos con otras cosas… Para adquirir productos de alimentación, un clásico es Cunha (rua Sá da Bandeira, 676), una popular confitería y tienda de embutidos de calidad.

Puede ser que te apetezca llevarte algo de ropa, zapatos o complementos. En ese caso, en la rua Cedofeita hallarás un comercio muy tradicional con ropa que posiblemente te resulte bastante clásica y, presumimos, no exactamente de tu gusto. Una casa de toda la vida es Soares Marques (rua das Carmelitas, 92), frente a Clérigos. Pocos habrá en Oporto que no hayan entrado en esta loja de moda.

Para algo más actual es preferible Don Lopo, una tienda ubicada en lo que fue el primer hospital de Oporto. Está en rua dos Caldeireiros, 43, pero hay que prestar atención porque no da directamente a la calle, es preciso atravesar un pasadizo para acceder al establecimiento. Se identifica gracias a las luces de colores que tiene en la fachada exterior. Incluso si no vas a comprar nada, vale la pena la visita por lo curioso e histórico del recinto.

Rotonda de Boavista Oporto
Monumento a la Guerra Peninsular en la Rotonda de Boavista.

En una línea similar, posiblemente superior en precio, hay varias tiendas a lo largo de la avenida de Boavista. Están situadas por tramos, todas ellas en la margen izquierda en dirección al mar; la primera la encontrarás justo delante del Hotel Porto Palácio. Las siguientes están frente al Hotel Crown Plaza en un espacio de unos 200 metros; más adelante, a la altura del 2915, hallarás otro grupo; finalmente, al pasar el edificio Oceanus (con la fachada en forma de onda) hay otro sector comercial esperándote.

En Julio Dinis, en el tramo final entre la pastelería Arcadia y la rotonda de Boavista, hay diversas zapaterías y tiendas de lencería, y más zapaterías en el comienzo de la rua de Don Manuel II, entre la facultad de Farmacia y el hospital Gubernamental-Centro Hospitalario do Porto.

Próxima al hospital de Santo António está la rua Miguel Bombarda, donde hay un centro comercial pequeño pero muy interesante, con tiendas de calidad y diseñadores de moda y joyas. Tiene una cafetería con terraza. En esa misma calle hallarás un montón de galerías de arte.

Indudablemente, en la Baixa hay muchas más zonas de compras como la rua Santa Catarina, donde están las marcas más conocidas y habituales, o la rua 31 de Janeiro, pero como hemos prometido llevarte por sitios más portuenses y menos turísticos te hemos indicado las anteriores.

No olvides que a los portugueses les vuelven locos los centros comerciales. Hay 2 interesantes, el de Arrábida y el Norteshopping, pero en ambos casos tendrás que ir en coche, así que para no complicarte más te sugerimos el Cidade do Porto (rua Gonçalo de Sampaio, 350), justo detrás del mercado del Bom Sucesso. Quizá tuvo tiempos mejores en los que contaba, incluso, con una pista de hielo, pero parece estar recuperando la animación de años precedentes. Encontrarás multitud de tiendas y pequeños bares y locales de restauración.

Enfrente del Cidade do Porto está el Península, un centro comercial con tiendas de nivel más alto y una tranquila cafetería. Es más recomendado cuando se buscan marcas de prestigio y joyerías de lujo.

De noche

Lo mismo que ha cambiado la ciudad durante el día, lo ha hecho por la noche. A continuación veremos algunos locales dónde salir en Oporto. De los antiguos establecimientos verdaderamente cutres se ha pasado a pub y bares de buen ambiente, algunos de ellos decorados con gusto, pero siempre llenos de gente de todas las edades. Para encontrarlos no hay más que ir a la zona de Clérigos y adentrarse en las calles Candido dos Reis y Galería de París. En ocasiones hasta resulta complicado moverse por ellas, más aún cuando se instalan las terrazas en las aceras.

Dentro de los muchos locales que hay en ambas, es muy conocido en la primera de las citadas el Honorato, famoso por sus cócteles y hamburguesas.

Otra zona de salida nocturna es la que está entre la plaza de Carlos Alberto y la rua de Ceuta. Partiendo de esta hacia arriba, por la rua Picaria en dirección a la rua da Conceiçao, hay pequeños bistrós, bares de tapas (en Taxca A Badalhoca sirven pulguitas y bocadillos de jamón, algo poco habitual en el país), una champanería, Champanheria da Baixa, y diversos restaurantes. Descendiendo por la paralela de la izquierda, la rua das Oliveiras, hasta la plaza Carlos Alberto, más de lo mismo, sobre todo por las noches cuando los espectadores que salen del teatro vecino se juntan al público más joven.

Plaza Gomex Teixeira de Oporto
Rectorado de la Universidad, en la Plaza Gomes Teixeira.

Justo enfrente se encuentra la plaza Gomes Teixeira, en la que se ubica el rectorado de la Universidad de Oporto, rodeado de más locales de ocio.

Si el tiempo acompaña, otra buena opción es el jardín de la plaza de Lisboa, donde un pequeño bar ofrece un ambiente al estilo chill out, que también puede resultar muy agradable aunque algo más turístico.

Para disfrutar de una maravillosa vista y saborear un vino de Oporto a un precio inferior a lo habitual, no se puede pasar por alto la terraza del Porto Cruz, en Vilanova de Gaia, justo enfrente de la Ribeira. Si bien es bastante relajante, adolece de la presencia de muchos visitantes. Aun así, el ambiente es de plena calma y las vistas del Douro merecen la pena.

Matosinhos
Red de pesca gigante en el paseo de la playa de Matosinhos.

Tampoco se puede obviar la vecina localidad de Matosinhos, de la que hablaremos más adelante como centro gastronómico. Se accede bien por la avenida de Boavista, tomando la calle de la derecha al llegar al final, en la rotonda, ya frente al mar, o bien por la antes citada avenida de Montevideu, siguiendo de frente en la misma rotonda. Matosinhos es el lugar de recreo de muchos habitantes de Oporto, especialmente los fines de semana. El paseo de la playa ha sido reformado para dar cabida en su amplia acera a paseantes, patinadores, ciclistas y, en general, a quienes quieren disfrutar de un día de asueto cerca de la costa. Sitio ideal también para tomarse un aperitivo en los chiringitos Vagas y Lais de Guia (ambos sirven comidas). Al final, en las proximidades de la Oficina de Turismo, hay un tercer establecimiento, pero mucho más descuidado y, por ello, menos aconsejable.

Matosinhos y el barrio de Boavista comparten una extensa zona verde llamada Parque da Cidade, ideal igualmente para una plácida caminata. El acceso es desde la propia avenida, en su tramo final, o frente a la playa de Matosinhos.

Para comer

A la hora de recomendar restaurantes dónde comer en Oporto, comenzamos por propuestas más informales. Bocadillos de jamón, queso, embutidos en general, o simplemente probar un vino con una tapa, en Beher (rua Sá da Bandeira, 589), es una empresa española que traslada a Oporto nuestros hábitos del tapeo.

Las francesinhas son algo típico, pero te advertimos que están desaconsejadas para estómagos sensibles. Se trata de sandwiches con hasta 7 tipos de carne y embutidos, así que imagina… Y no nos engañemos, los ingredientes no suelen ser de buena calidad, por lo que además de difíciles de digerir, son de difíciles de tragar. Recomendación: si sois varios, pedid una de prueba y compartidla. Se pueden tomar en sitios como la Cervejeria Galiza (rua do Campo Alegre, 55), Capa Negra (rua do Campo Alegre 191 y rua de Barros Lima, 487), Cufra (avenida de Boavista, 504) o Portobeer (avenida de Boavista 1245).

Es muy buena solución comer en los bares-pastelería que tanto abundan en la ciudad. Aquí te dejamos un par de sugerencias: Café Luso (plaza Carlos Alberto, 92) y Confeitaria Bella Roma (rua Sampaio Bruno, 19).

Igualmente está la Mercearia das Flores, en la rua das Flores, con productos bio y tapas. Es algo cara para lo que ofrece, aunque se entiende que es lo normal estando donde está situada.

Aún más simple es si te haces tus propios bocatas o tomas unos bollos. Para ello ten en cuenta la Padaria Ribeiro (praça Guilherme Gomes Fernandes, 21). Los locos por el cochinillo no deben perderse O Sabor em sua casa, en Matosinhos (rua Doctor Manuel Rodrigues de Sousa, 19, en los soportales). Lo hacen de manera excelente, se puede consumir en el local o pedir que lo preparen para llevar.

Quienes no consuman carne, como los veganos, tienen su solución en Cultura dos Sabores (rua de Ceuta, 80), Célia Café (rua Miguel Bombarda) o en el Bom Sucesso, del que más adelante hablaremos.

Si perteneces al grupo de los viajeros no turistas (suponemos que por eso visitas esta web), te desaconsejamos la Baixa de Oporto para comidas más formales a la hora del almuerzo o de la cena. De todas formas, hay algunas excepciones, de las que te detallamos las siguientes:

  • Cantina 32. En la rua das Flores. El local es de lo más simple, realmente un garaje. Sirven pequeños platos y tapas bien para consumo individual o para compartir. La curiosidad es que ofrecen como postre la tarta de bolacha (galleta) que cortan por centímetros a solicitud del cliente en vez de por raciones fijas. Se ha puesto de moda, así que conviene reservar o ir a primera hora.
  • Ode. Es de lo mejor de la Ribeira. Está en una pequeña plaza llamada largo do Terreiro. Tienen buena cocina, aunque la carta es limitada especialmente en pescados. Hay que tener en cuenta que no admite tarjetas de crédito. Como en el caso anterior, el personal es muy amable.
  • O Traça. En una esquina del largo de São Domingos, inferior a los anteriores y con la misma limitación de carta: el bacalao parece ser lo único que piden los turistas. Platos convencionales, precio medio y siempre lleno a rebosar, ciertamente como todos los de la zona.
  • Antiqvvm. No está en el centro histórico sino en un edificio antiguo en el Solar do Vinho do Porto, en la parte posterior del Jardim de Cristal. Restaurante de contrastes, con platos sobrecargados de ingredientes y de sabores que dejan un poco despistado al comensal por el exceso de contenido y la falta de definición. Los precios son sensiblemente más altos que en los anteriores. Lo cierto es que merece la pena verlo.
  • Casa Agricola. Tampoco está en la Baixa, se ubica detrás del Mercado del Bom Sucesso, en el barrio del mismo nombre y dentro de la zona de Boavista. Edificio rústico y comedor de cierta elegancia (en el piso superior, abajo es bar-pub donde también dan pequeñas tapas). Buena cocina pero carta limitada en pescados, como es habitual en la ciudad. Si el comensal tiene preferencia por las carnes, entonces es a tener en cuenta. Muy amables.

Conscientemente hemos dejado fuera de estas indicaciones algunos restaurantes con estrella Michelín, como Pedro Lemos (precios desorbitados para lo que ofrece, espera eterna entre plato y plato, raciones minúsculas), o Yachtman (menú de degustación y personal que bordan lo ridículo y tarifas de locura); o de cocineros largamente galardonados, como el DOP (servicio y comida notoriamente muy mejorables); o que simplemente están de moda, como Cafeína (para gente que quiere ver y ser vista, pero nada más), que por las razones apuntadas, y alguna en la que no vamos a profundizar, pensamos que son completamente prescindibles.

¿Dónde, entonces, se come bien en Oporto, pues en lo que los lugareños llaman «el comedor», la vecina localidad de Matosinhos. Aunque realmente esta es otra ciudad, pertenece al Grande Porto, una mancomunidad integrada por 11 municipios.

Matosinhos es sin duda el comedor de Oporto. En sus calles se encuentran, sin exageración, decenas y decenas de restaurantes especializados en pescados y mariscos preparados fundamentalmente en la grelha (parrilla). Los precios son bastante similares en todos ellos, y del conjunto hemos seleccionado unos cuantos, lo que no quita que el viajero encuentre otros que le satisfagan más:

  • Os Lusíadas. En rua Tomás Ribeiro, 257. Pescados y mariscos de primera calidad, comedor moderno y acogedor, personal muy agradable. ¿Caro o barato? En esta web intentamos no ceñirnos a esos conceptos, ya que son bastante relativos. Digamos que el importe medio de la factura puede resultar alto, pero hay que valorar la calidad de los productos y el tamaño de las raciones, más abundantes que lo habitual en restaurantes de su categoría. De los que destacamos en esta sección, es nuestro preferido.
  • Ramada do Mar. En rua Roberto Ivens, 1058. Familiar, acogedor y entrañable. Buenos productos del mar, raciones también muy generosas, aunque los pescados a veces los secan un poco, pero en general el resultado es destacable. Importe de tique inferior al anterior, muy buena relación calidad-precio.
  • Marisqueria Esplanada A Antiga. Posiblemente tiene el comedor más grande y elegante de todos, aunque en realidad son dos, de fumadores y de no fumadores. Nada más entrar muestra su tarjeta de identidad: un despliegue de marisco recibe al cliente para tentarle en su elección. Es un poco irregular, quizá por dar comidas en continuo; hay ocasiones en que falla el producto y la elaboración y otras en que muestra mayor solidez. El importe final está más en la línea de Os Lusíadas, del que dista tan solo unos metros.
  • 5 Oceános. Similar a los anteriores, buenos productos, personal muy amable, pero los precios son un poco altos para su nivel.
  • O Gaveto. En rua Roberto Ivens, casi enfrente del Ramada (al otro lado de la rotonda). Restaurante con bastantes años de experiencia, remodelado y con mejor aspecto que antes. Buenos productos entre los que destacan el arroz de marisco, el bacalo a ze do pipo y el cabrito, platos que están entre los más demandados. Personal amable.

En todos ellos es conveniente hacer reserva. Evidentemente, queda a discreción del lector encontrar otros sitios de su agrado, aunque aconsejamos descartar, también en Matosinhos, el Dom Peixe (muy mal servicio, precios del couvert —entrante no solicitado por el cliente— abusivos), y A Marisqueria de Matosinhos, coincidente con el anterior en el pésimo servicio y además con unos pescados realmente impresentables.

Más paseo y más picoteo

A veces da la impresión de que los portugueses pasan todo el día picoteando, aunque claro está que no es así. Vamos a imitarles un poco y para ello dejaremos paso a nuestro yo más goloso a fin de hacer un alto en Petúlia (Júlio Dinis 775, zona Boavista), pastelería en la que nos esperan los apreciados bolo rei, pão de ló y sus pequeñas pastas. Vale la pena llevarse cualquiera de ellos a casa para recordar después nuestro viaje.

Arcadia (avenida Boavista, 1046; rua del Almada, 63; rua de Santa Catarina, 191) también merece una parada. Su especialidad son los bombones (muy buenos los vino de Oporto) y los macaron. De los 3 establecimientos de esta firma el más agradable es el de Boavista.

Regresando al centro, no hay que dejar de visitar el Café A Brasileira (rua Bom Jardim, 116, esquina Sá da Bandeira), un clásico que ha estado varios años cerrado y que ha sido restaurado para devolverle su histórico esplendor. No muy lejos se encuentra el más conocido Majestic (rua Santa Catarina, 112), hoy convertido en toda una atracción. Y ya en plena ruta turística (de la que pronto escaparemos), Heladería Santini (largo dos Lóios, 16-20), ineludible para los amantes de los helados. La casa madre se encuentra en Cascais y, como en ella, la de Oporto ofrece un producto reconocido internacionalmente. Cualquier helado con sabor a fruta te sorprenderá (por supuesto, también los demás).

Para descubrir otras zonas alejadas del barullo de los turistas (como el de la cada vez más larga y sorprendente cola para visitar la librería Lello e Irmão), nos iremos hasta la plaza Carlos Alberto. Los sábados por la tarde hay un mercadillo, claramente más modesto que el que también se monta en la calle Candido dos Reis. De la plaza sale la Rua Cedofeita, tradicional zona de compras, especialmente tiendas de ropa, que ha recobrado interés y animación y por la que se dejan ver los estudiantes de las facultades próximas (Derecho, Periodismo, etc.).

En la rua do Campo Alegre hay varios locales con terraza y, sobre todo, el Jardín Botánico, que merece la pena visitar para pasar un rato en absoluta tranquilidad.

Siguiendo nuestro camino lo menos «guiri» posible, nos dirigimos al Mercado Bom Sucesso (plaza Bom Sucesso), a espaldas de la rotonda de Boavista. Antigua plaza de abastos, ha sido reconvertida en todo un festival gastronómico y centro de ocio y de reunión de muchos habitantes de Oporto. En su interior hay pequeños puestos con todo tipo de comida y bebida: marisquería-pescadería, pizzería, restaurantes veganos, especializados en arroces, en cochinillo, en pernil, en sopas; crepes, gofres, helados, embutidos, tapas variadas, carnes a la brasa, además de coctelería, cervecería, vinoteca, pastelería, etc. En pocas palabras, es un lugar idóneo para comer o cenar a precios muy módicos y siempre en un ambiente muy agradable y muy portugués.

Los sábados por la noche hay actuación musical, y los domingos noche, fados. Es un recinto de notable éxito, de ahí que casi siempre esté lleno, tanto el interior como las 2 terrazas de que dispone. Especialmente en invierno es un refugio ideal.

Plaza da Liberdade y Avenida dos Aliados Oporto
Plaza da Liberdade y Avenida dos Aliados.

Terminamos así nuestro recorrido. Como aseguramos al principio, no hemos hablado, o lo hemos hecho de pasada en algunos casos, de la Sé, de la rua Santa Catarina, de la plaza da Batalha, de la avenida da Liberdade, de la Bolsa, de San Francisco, del Bolhão u otros muchos lugares de sobra conocidos, sino que hemos querido mantenernos alejados de los puntos más concurridos por los turistas en la entrañable ciudad de Oporto, «la Invicta», una urbe llena de rincones a descubrir. Así que en tu próximo viaje aléjate de los sitios más habituales y déjate llevar por sus calles. Seguro que encontrarás algo que te dejará huella, tanto como para regresar muy pronto.


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